Colombia: represión y olvido

Colombia, tierra Macondiana donde todo se olvida, los nombres de las cosas, los desastres, los damnificados, los malos actos, las muertes violentas, los secuestrados, las vidas, las muertes. Colombia tierra del olvido a la que ni siquiera el realismo mágico puede describir. Cualquier imaginario se queda corto ante este lugar donde se trafica con drogas, con armas, con el dinero del pueblo y con sus vidas, cada una tiene un precio.

En lo que va corrido del año, y como siempre,  el gobierno de este país nos muestra abiertamente que el derecho a la igualdad es letra muerta, que aquí , donde los que tienen son muy pocos, los que no tienen nada, nada valen, nada son, nada importan.

La primera muestra de esto, se dio a pocos días de iniciado el año: el 10 de Enero, en el municipio de San Bernardo del Viento, Córdoba, fueron asesinados por paramilitares dos estudiantes de la Universidad de los Andes, por cuyos asesinos el gobierno ofreció pagar una recompensa de 500 millones de pesos. Apenas a un mes de este hecho, otros dos estudiantes,  estos del SENA, fueron asesinados en el municipio de Cereté, en circunstancias similares. Esta vez, la recompensa ofrecida fue de menos de 100 millones. Esto, muestra claramente, que a nuestros gobernantes, la violencia solo les duele cuando los toca directamente, cuando les mueve el mundo, cuando les rompe la burbuja…solo importan sus muertos, los demás, son cifras.

Otra de las muestras de la
negligencia estatal puede evidenciarse en la gran cantidad de “accidentes” que ocurren en las minas de nuestro país…actividad peligrosa de la cual “viven “miles de colombianos, y cuya reglamentación es mínima.  Pese a que el gobierno Santos ve a la minería como el pilar económico del país, con el plan “Visión 2019: Colombia como un país minero”, los estatutos que regulan esta actividad no se cumplen, millones de minas (tanto legales como ilegales) explotan los suelos en condiciones altamente peligrosas para los mineros, ocasionando accidentes.

Además de los daños directos, al hacer de esta actividad el pilar económico, los daños ambientales son inmensos: somos el país más contaminado con mercurio en todo el mundo, nuestras principales fuentes de agua son cada vez menos potables, los páramos están siendo explotados, todos los daños nos quedan a nosotros y las riquezas se van…


Hasta ahora, la gota que rebosa la copa es la actitud del gobierno nacional frente al paro de camioneros iniciado el pasado 2 de febrero ante la eliminación de la tabla de fletes. La acción directa, que consistió en el cierre de vías en diferentes lugares del país, fue fuertemente reprimida por el ESMAD. Además, la “negociación” que se supone se dio entre las dos partes fue realmente una imposición, una orden de callar y obedecer.

Hechos aislados, minas ilegales, todo se sale de sus manos, nada es su culpa, nunca son ellos. Nos hacen creer que todo esto no hace parte de su lógica macabra en la que solo importa enriquecer sus cuentas, sin importar quien quede abajo.