Por: Escrítica
Fotografías: Yojan Valencia
La ola de protestas
que se vive actualmente en el país ha tenido varios protagonistas. En primer
lugar se encuentran los manifestantes: campesinos, mineros, transportadores,
estudiantes, pobladores urbanos, entre muchos otros, que han salido a las
calles, bien para defender sus justas reivindicaciones, o en apoyo y
solidaridad a las de otros sectores.
Por otro lado está el
gobierno nacional, quien al principio del paro salió en cabeza del presidente
Santos a negarlo todo, a decir que “el tal paro nacional agrario no existe”[i].
Posterior a esto, y ante la obviedad de la situación, ese mismo gobierno intentaba
instalar mesas de negociación con los distintos sectores en paro, mientras
reprimía de la manera más violenta y cruenta a los manifestantes
“inexistentes”.
En medio de esta
relación, y como “persuasor” de desbloqueos, se encuentra el Escuadrón Móvil
Anti Disturbios de la Policía Nacional, quien desde su fundación en 1999 actúa
supuestamente para “Apoyar al Departamento de Policía en la
prevención y control de multitudes, con personal altamente capacitado en manejo
y conciliación de masas, en la protección de los Derechos Fundamentales, con el
fin de restablecer el orden, la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos”[ii].
Sin embargo, aunque
se mencionen términos como legalidad y respeto a los Derechos Humanos, como ha
podido evidenciarse en estos últimos días, y como es bien sabido para quienes
hacemos parte activa de los procesos de movilización en el país, estas palabras
están presentes únicamente en el discurso y no tienen mucho que ver con las
actuaciones cotidianas de esta institución.
Y es que durante
estas dos semanas fueron muchas las denuncias realizadas por las actuaciones
del ESMAD en todo el país, las cuales dejaron a cientos de personas heridas e
incluso dejaron un trágico saldo de varios muertos, entre ellos varios menores
de edad[iii].
Esta situación generó
tanto revuelo en la opinión pública, que por estos días se ha iniciado un
fuerte debate acerca del desmonte o no de este escuadrón[iv].
Para desarrollar esta discusión es importante tener en cuenta varias
cuestiones: en primer lugar, que las violaciones a los Derechos Humanos durante
este paro se han dado en distintas regiones del país, alejadas las unas de las
otras; y en segundo lugar, no es la primera vez que se denuncian los vejámenes
de esta institución en contra de la población manifestante, lo cual da cuenta
de que este tipo de actos no refieren a abusos de autoridad por parte de
algunos uniformados sino que hacen parte del accionar
sistemático del ESMAD[v].
Estas dos
situaciones, aunadas a las declaraciones del Ministro de Defensa, quien hace caso
omiso a las peticiones de desmonte y por el contrario pretende duplicar el pie
de fuerza que hace parte de este escuadrón[vi],
hacen entrever que el tipo de medidas usadas por esta institución, son parte
constitutiva de una política de Estado, enfocada a diezmar por cualquier medio
la protesta social, pasando incluso por encima de los Derechos Humanos.
Es por todo esto, que
como grupo de trabajo, abogamos no por la recomposición del ESMAD, mucho menos
por su duplicación, sino por su desmonte, porque ya no queremos más víctimas
como Nicolás Neira, como Oscar Salas, y como los cientos de campesinos que
durante estas semanas han sido víctimas de este escuadrón de la muerte.
[iii]
Para tomar algunos ejemplos pueden revisarse las siguientes referencias: http://prensarural.org/spip/spip.php?article12005,
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=kG50rEHnvZ8,
http://www.rebelion.org/docs/173122.pdf
[iv]
Este debate, empieza a permear incluso el Congreso de la República, y
diferentes instancias dentro de las altas esferas del poder. Ver: http://www.caracol.com.co/noticias/actualidad/desde-el-congreso-proponen-eliminar-el-esmad/20130109/nota/1961740.aspx
[v] A
este respecto es bastante ilustrativo el programa Contravía: “Brutalidad
policial-casos ESMAD”. Disponible en http://www.youtube.com/watch?v=aNUDwo62ag8